jueves, 12 de enero de 2012

La revolución de las putas

Seis de la tarde. Una pequeña masa de jóvenes, hombres y mujeres, se acercan con grandes lienzos al frontis de la Municipalidad de Ñuñoa. Suben las grandes escaleras, se cuelgan de la reja y ponen una sábana que reza: "Mejor puta y comunista ke(sic) mafioso fascista!". Un adulto, quien se identifica como apoderado de una de las niñas, se pone al lado con un cartel: "Sabatdija tu hija es diputada, mi hija no". Algunos carabineros miran desde los costado, listos para actuar. Pero, además de los cánticos y los lienzos, no hay más desorden. Algunos empleados de la Municipalidad se asoman por la ventana principal. Se encuentran con un centenar de manos que les levantan los dedos del medio. La mayoría pertenecen a mujeres del Internado Nacional Femenino.

"El internado es un puterío. Se intercambia plata y droga por sexo". Eso dijo el miércoles Pedro Sabat, el alcalde de Ñuñoa y las cenizas que quedaron de agosto pasado prendieron de nuevo. En ese mes, en pleno movimiento estudiantil, el mismo alcalde había comentado que "el internado se estaba convirtiendo en una casa de remolienda". Aquella vez la querella no prosperó. Las alumnas del establecimiento, que se sintieron aludidas, desistieron. "Esta vez vamos a hacerlo. Mañana viernes presentaremos una querella criminal contra el alcalde. Contra estas declaraciones que denigran a la mujer", dijo Io Giuria, vocera del internado.

Entonces, estas son las putas de Ñuñoa. Jovencitas de 15 a 18 años que se mantuvieron en toma durante siete meses. Ellas niegan que entraran hombres, que hubiera droga u alcohol. Algunos vecinos dicen que se escuchaban gritos. ¿Y qué esperaban? ¿Que estuvieran preparando la PSU? Compartir con otras personas, esa camaradería precoz, los juegos de seducción, el hablar hasta altas horas de la noche con una chica o un chico de los problemas que tienes en la casa, de tu familia y de cómo ves el mundo son parte de la magia de una toma. Sin eso, estas acciones no sirven de nada. Les aseguro que esas niñas, hayan hecho lo que hayan hecho, tuvieron experiencias que recordarán por siempre. ¿Qué es la vida sin esos momentos? No vengan a enjuiciar eso. Menos, personas que probablemente habrían dado todo por hacerlo en su momento, pero pesó más su "status quo". El cinismo es una forma de puterío: vendes lo que realmente quieres por el "qué dirán".

Mañana viernes a las 19:30 en la misma Plaza Ñuñoa, comienza "la marcha de las prostiutas". Esas putas, más otras putas, junto a otros putos, durante varios meses, lograron poner en la opinión pública algo que las otras generaciones no. El puterío nacional es digno de respeto. Si las putas a las que se refiere el alcalde Sabat tienen estos méritos, por favor, que todas sean putas.


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